Novela galardonada el pasado mes de marzo con el premio Alfaguara de novela y que deseaba leer desde hace algunas semanas cuando visité Medellín y conocí El Castillo, sitio real donde se desarrolla la trama.
Una excelente narración, con recursos literarios dinámicos
como el flash back y los diálogos cortos, que va llevando al lector por cada
uno de los sucesos manteniendo la expectativa hasta el final.
Una historia que mezcla elementos de realidad con novela,
nos devuelve a un episodio de principios de los años 70, un secuestro, en la época
en que inicia la violencia en Medellín, pero enmarcado en pasajes poéticos y de
fantasía, algo inesperado para una situación de este tipo.
El relato gira en tiempo presente alrededor del secuestro
del Sr. Diego Echavarría, pero en tiempo pasado narra diversas situaciones
entrelazadas por la vida personal del Sr. Echavarría y sobre todo por la vida de
su única hija Isolda.
El Castillo, el sitio donde ocurrieron los hechos reales
y en el que se inspiró Franco para escribir la novela, le pone un toque interesante y pintoresco a la
trama.
El lenguaje es fluido, claro y apropiado para cada uno de
los ambientes y de los personajes que se presentan en la novela.
Una obra entretenida, agradable, bien realizada,
que nos deja la duda sobre en donde termina la realidad y empieza la fantasía, pero
al final sentí levemente que faltó algo, como si quedara algo pendiente en el
aire.
Fotos que tomé en abril de 2014 en el Museo El Castillo de Medellín: