Farallones de Cali

Farallones de Cali

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Librerías de usados

Uno de los sitios donde más me siento a gusto es una librería. Entrar en ella es entrar en un mundo de posibilidades, encontrar desde libros de literatura, novela o cuento, pasando por libros biográficos, o libros de ciencia, de poesía, de culinaria, de idiomas, las posibilidades son muchas, los hay para cada gusto, autores clásicos, contemporáneos, nacionales o internacionales, conocidos, desconocidos.

Las librerías que distribuyen libros nuevos están a la vanguardia de las publicaciones, o por lo menos tratan de estarlo en un mercado algo limitado como el nuestro donde muchas obras tardan años en llegar, ya sean en sus idiomas originales o ya traducidas.
Sus estantes albergan nuevas ediciones de obras clásicas, también los últimos “best sellers”, libros de viajes, todo muy metódicamente organizado,  algunas son bastante especializadas, en libros técnicos, libros en otros idiomas, etc.




Pero definitivamente las librerías de libros usados tienen una magia que atrapa (no solo sus precios aclaro, aunque esto también ayuda), son sitios donde encontramos tesoros espectaculares, obras que difícilmente encontraríamos en una librería nueva, ediciones antiguas, incluso primeras ediciones y en un caso tal vez milagroso podemos llegar a encontrar un incunable. Tienen ese olor a libro viejo, usado y disfrutado, con las huellas que uno o varios lectores han dejado en ellos. Un olor que nos transporta a otra época o a momentos de lecturas especiales, un olor a historia y a conocimiento.
Hace poco tiempo estuve en Bogotá y por fin pude visitar una librería que me habían referenciado, Merlín, ubicada en pleno centro de la ciudad en una angosta calle de un sector lleno de librerías de usados. Es un edificio antiguo, que te atrapa apenas pones un pie en la entrada y si te descuidas, te puedes quedar allí el resto del día.
Hay libros para todos los gustos, con un ambiente que invita a quedarse y rincones que llaman a la lectura, es un verdadero tesoro para los bibliófilos.








Otro objetivo, visitar algún día la librería Shakespeare and Company en París, creo que me quedaré un día entero y tendrán que sacarme obligada de allí…

imagen tomada de:https://commons.wikimedia.org/wiki

imagen tomada de: http://teachingliteracy.tumblr.com/




  

miércoles, 21 de octubre de 2015

Vivian Maier - cuando la pasión lo llena todo

La historia de Vivian Maier, es poco común, extraña pero apasionante, como apasionante fue su dedicación a la fotografía, de manera desinteresada, sin compartir nada con nadie, solo para ella, solo para alimentar eso: su pasión.

tomado de: http://www.vivianmaier.com/gallery/self-portraits/#slide-6


Maier una mujer norteamericana, de origen europeo, sola, que se ganó la vida como niñera por más de cuarenta años, dejó aproximadamente cien mil negativos de fotografías tomadas de manera espontánea, pero indudablemente artística, en su mayoría en Nueva York y Chicago.

El destino quiso que esta gran obra de arte no se perdiera, no pasara desapercibida para la humanidad y olvidada en un cajón. Es así que, por casualidad, John Maloof, quien trabajaba en un proyecto sobre el patrimonio historio de Chicago, descubrió este tesoro y se ha de dedicado a rescatarlo.

Esta es la página donde se puede apreciar y disfrutar el maravilloso trabajo de Vivian Maier:

http://www.vivianmaier.com/


En la revista Arcadia también podemos leer un artículo sobre esta interesante mujer: 
http://blogs.revistaarcadia.com/en-busca-del-blog-perdido/el-misterio-de-vivian-maier/379


jueves, 8 de octubre de 2015

De que callada manera - Pablo Milanés

Esta era el post que debió estar el 4 de octubre:

"De que callada manera", Pablo Milanés le puso música, pero la letra es del poema "Canción" de Nicolás Guillén:


¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera
la primavera!
Yo, muriendo.

Y de qué modo sutil
me derramó en la camisa
todas las flores de abril.

¿Quién le dijo que yo era
risa siempre, nunca llanto,
como si fuera
la primavera?
No soy tanto.

En cambio, ¡qué espiritual
que usted me brinde una rosa
de su rosal principal!

¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera
la primavera!
Yo, muriendo.


Pablo Milanés, Cali, 2 de octubre 2015

lunes, 28 de septiembre de 2015

Lugares: Quito

A unas 15 horas saliendo desde Cali y pasando la frontera, llegamos a la capital de Ecuador: Quito. Una ciudad asentada en medio de montañas y volcanes, a 2.850msnm, con un clima frío pero agradable, hermosa arquitectura colonial, una riqueza en arte religioso muy importante, conocido como el arte quiteño, así como una rica cultura indígena representada en sus artesanías, su gastronomía, costumbres y en los rasgos de gran parte de sus habitantes.

Una ciudad en general tranquila, con cerca de 2millones de habitantes,  fácil de recorrer en transporte público, que además es muy económico, ya sea el trolebús (una especie de tranvía), el metrobús (transporte masivo integrado) o los taxis. También hay un tranvía antigüo para recorrridos turísticos.



Trolebus

estación del metrobus

Tranvía turístico

Existe una muy buena oferta hotelera, nosotros nos hospedamos en un hostal “Yellow House”, ubicado en la Mariscal Foch con Juan León Mera, que nos recomendó un primo que vive en Quito y totalmente recomendable a quien busque un hospedaje cómodo, agradable, familiar, bien ubicado y además económico.


Hostal Yellow House

Entrada del hotel

Interior del hotel

El sector donde nos hospedamos tiene un movimiento comercial continuo y sobre todo bastante movimiento nocturno, restaurantes, bares, discotecas se funden en un ambiente alegre, desparpajado y activo.






A una cuadra del hotel estaba el parque Foch y una cuadra más allá descubrimos una pequeña librería de usados, perteneciente a un inglés que se reúne allí con otros extranjeros como en una pequeña tertulia, rodeados de libros en diferentes idiomas y un ambiente muy agradable.


Parque Foch

Librería inglesa



El sector histórico donde se encuentran numerosas iglesias, parques, sitios hermosos de arquitectura colonial, oferta artesanal y algo de oferta gastronómica, es visitado por personas de muy diversas nacionalidades y sobre todo en Semana Santa, fecha en la que estuvimos allá, es bastante concurrido pues la celebración es muy especial y reconocida como una de las mayores tradiciones religiosas de América.
Me llamó muchísimo la atención la iglesia de la Compañía de Jesús, su decoración detalladamente trabajada, barroca, llamativa.




Esta parte histórica de la ciudad es encantadora, muy similar a la de ciudades colombianas como Popayán, donde se percibe el influjo español en la arquitectura y el marcado espíritu religioso.
Las calles atiborradas de gente, turistas observadores, quiteños en sus oficios religiosos de Semana Santa y vendedores de todo tipo, hacían difícil los desplazamientos o el ingreso a los diferentes sitios, museos, iglesias, atractivos históricos o arquitectónicos.











Hay varios museos, en uno de ellos había una hermosa exposición de arte mexicano:






También se pueden encontrar sitios muy agradables al aire libre donde degustar un chocolate caliente con queso, café, vino o cocteles, pasteles u otras delicias culinarias. Uno de ellos, en la Plaza de San Francisco, colinda con una tienda de artesanías que se extiende por unos túneles subterráneos donde se pueden encontrar todo tipo de objetos de recuerdo o para regalo.


café en la Plaza San Francisco

túneles del almacén de artesanías

un salón de la tienda de artesanías

Otro gran atractivo de la capital ecuatoriana es el parque de la Mitad del Mundo, donde se realizó por primera vez la medición de la línea del Ecuador o Meridiano Cero. Allí se encuentra el monumento a la mitad del mundo, la línea trazada en el piso donde teóricamente puedes colocar un pie en el hemisferio Norte y otro pie en el hemisferio Sur, digo en teoría, porque estudios modernos con tecnología más especializada han dado como resultado que el punto exacto se encuentra a unos metros de distancia de allí. De cualquier forma es muy interesante conocer datos sobre lo que fue la expedición inicial para determinar esta ubicación, así como las curiosidades físicas que se generan a raíz de la ubicación en el centro del mundo, todo esto se puede conocer en unos pequeños museos que se encuentran dentro del parque, donde también se encuentra un museo dedicado a la obra del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín.



Monumento de la mitad del mundo, la línea amarilla separa los dos hemisferios


Vista desde la mitad del mundo


almacenes y restaurantes

almacenes de artesanías

museo dentro del parque de la mitad del mundo




museo en honor al pintor Guayasamín

Obra de Oswaldo Guayasamín



A la salida de la mitad del mundo se encuentra la sede de UNASUR, una moderna construcción:

Visitamos el Museo Arqueológico, ubicado dentro de la ciudad, en una extensa zona verde donde se encuentran hallazgos de culturas precolombinas y donde aún faltan exploraciones por realizar. Allí se puede apreciar cómo eran los asentamientos de los nativos de estas tierras, sus costumbres, su forma de vida. También se recrean los caminos por los que transitaban los indígenas para ir a otros sitios a comercializar sus productos, eran como especie de túneles subterráneos formados a través del bosque y a fuerza de miles de pisadas que iban hundiendo la tierra, formando estos surcos profundos, que los protegían del sol pero que también pudieron convertirse en trampas mortales, pues eran estrechas y los hacían presas fáciles para animales salvajes o inesperados derrumbes. Caminar por este sendero, silenciosamente es como estar en una máquina del tiempo, uno se transporta, se siente en aquellas lejanas épocas en comunicación con esas culturas pasadas y desconocidas.



Recreación de un camino indígena


La ciudad también cuenta con un teleférico que lleva a la cima de la Cruz Loma  a más de 4000msnm, desde donde se puede apreciar una gran vista de la ciudad y de las montañas que la rodean, muchas de ellas volcanes como el Pichincha y el Atacazo, allí también hay un sendero para caminatas ecológicas y muchas personas suben a practicar parapente. El viento frío se cuela en los cuerpos, el aire penetra en los pulmones, muchas personas se sienten un poco ahogadas, pero se detienen, respiran profundo y continúan la marcha, subiendo despacio, buscando llegar lo más alto posible, a ese sitio desde dónde se observa como el horizonte se funde con el cielo.




sendero ecológico








Vendedora en la cima de la montaña

Otras fotografías del centro histórico:



grupo de estudiantes extranjeros