NORUEGA
LA CASA DEL MIRADOR CIEGO - HERBJØRG WASSMO
«El viento había arreciado. Ya no se veía nada a través de la ventana. La nieve dibujaba canales en el cristal, pero constantemente llegaba nieve nueva y fría que impedía que la vieja se derritiera del todo. Daba la impresión que la ventana lloraba por ser incapaz de dejar pasar la luz.
De repente Tora estaba completamente despierta y miraba fijamente la habitación. La veía como un dibujo gris amarillento, lanudo, como un paisaje en la niebla. El cristal estaba cubierto del todo, la nieve las había encerrado. Era una noche que le infundía calor.
¡Bendita fuera la tormenta!»
La casa del mirador ciego - Herbjørg Wassmo
Con una prosa exquisita, donde la poesía fluye lenta en medio de una narración que nos transporta a una perdida isla de la Noruega de la postguerra, pobre, saqueada económica y moralmente, Herbjørg Wassmo nos presenta a Tora, una pequeña de unos once o doce años, que carga en su humanidad el peso de la discriminación y el señalamiento, por acciones de las que ella no fue juez ni parte, y que además es acechada y agredida por una «peligrosidad» que parece tener solo sosiego al quebrar la inocencia y la bondad de su infancia.
Tora nos enamora, nos lleva de la mano a recorrer la soledad de su destino, una soledad que es profunda y real, a pesar de vivir en un pequeño pueblo donde todos se conocen con todos y donde todos comparten las carencias y los anhelos de quién ha vivido y sobrevivido una guerra.
Sin embargo, donde se esperarían que fluyeran los sentimientos de unión y solidaridad, realmente emanan de manera más frecuente, el egoísmo, el rencor y la envidia, secuelas casi infranqueables de una sociedad rota y plagada de cicatrices.
Tora es escuálida y pelirroja, con un corazón generoso y una mente aguda, pero inocente y frágil. Vive con su madre, una mujer sumisa que siente no terminar de pagar los errores del pasado, y con su padrastro, un lisiado alcohólico y violento.
Wassmo nos ubica y nos hace partícipes de imágenes y de situaciones conmovedoras y dolorosas usando un lenguaje carente de morbo y de situaciones sencillas pero espléndidas, con un lenguaje diáfano y rítmico, sin caer en el exceso. Mantiene al lector en vilo, lo lleva con pausa, lo va preparando para lo inevitable, tanto lo desgarrador, como lo hermoso.
El entorno es gélido, bucólico, de una belleza exótica: los paisajes noruegos, los fiordos, la penumbra, el mar.
Luego de leer La casa del mirador ciego es casi inevitable no continuar con los otros dos libros de la trilogía: La habitación muda y El cielo desnudo. Es inevitable el deseo de continuar acompañando a Tora.
La casa del mirador ciego
Autora: Herbjørg Wassmo
Editorial: Nørdicalibros
Formato: Tapa blanda
Páginas: 286
Herbjørg Wassmo (Vesterålen, Noruega, 1942) Profesora y escritora noruega, es una de las narradoras más importantes de los países nórdicos.
Ganadora del Premio de Literatura del Consejo Nórdico, el Premio de la Crítica, el Premio de los Libreros y el Premio Jean Monnet
Entre sus obras se encuentran: La trilogía de Tora: La casa del mirador ciego, la habitación muda y El cielo desnudo; La trilogía de Dina, que fue llevada al cine: El libro de Dina, Hijo de la providencia y la Herencia de Karna, además de libros para niños, una obra de teatro y una novela documental.
Ganadora del Premio de Literatura del Consejo Nórdico, el Premio de la Crítica, el Premio de los Libreros y el Premio Jean Monnet
Entre sus obras se encuentran: La trilogía de Tora: La casa del mirador ciego, la habitación muda y El cielo desnudo; La trilogía de Dina, que fue llevada al cine: El libro de Dina, Hijo de la providencia y la Herencia de Karna, además de libros para niños, una obra de teatro y una novela documental.