CUBA
MARIÉ ROJAS TAMAYO - LAUREL Y ORÉGANO
“Tras mucho cavilar, por primera vez en los anales del universo, los tres estuvieron de acuerdo en algo. Desde entonces escuchan una historia por día. El relato no tiene fin porque la Cuentacuentos no muere y sigue sumando paso a paso la memoria de su pueblo —y en un pueblo cabe el universo—, donde cada suceso se enlaza con otro, la magia es parte de la vida y el azar lo es solo en apariencias.
A una hora determinada van Dios, el Diablo y la Muerte a sentarse en el patio; a disfrutar del café recién colado o las infusiones de hierbas tomadas del prolijo jardín; de la sombra de los árboles, del trino de las aves y del cuento de turno. Ella termina su narración dejando ver que le sigue otra, porque el mundo está lleno de fábulas y la realidad supera la mejor de las fantasías, de modo que los tres vuelven y vuelven, a sabiendas de que siempre les espera algo superior a lo vivido... ¿Qué otra cosa puede ser deseada?
Se ha dado a llamar la hora en que no muere nadie al lapso en que esto sucede. Los cuatro tienen que llevar a cabo sus ocupaciones, pero siempre encuentran un rato de holganza para estar juntos. Esa hora cambia cada día y no hay modo de ir a comprobar si es cierta porque el lugar donde concurren no aparece dibujado en ningún atlas".
A una hora determinada van Dios, el Diablo y la Muerte a sentarse en el patio; a disfrutar del café recién colado o las infusiones de hierbas tomadas del prolijo jardín; de la sombra de los árboles, del trino de las aves y del cuento de turno. Ella termina su narración dejando ver que le sigue otra, porque el mundo está lleno de fábulas y la realidad supera la mejor de las fantasías, de modo que los tres vuelven y vuelven, a sabiendas de que siempre les espera algo superior a lo vivido... ¿Qué otra cosa puede ser deseada?
Se ha dado a llamar la hora en que no muere nadie al lapso en que esto sucede. Los cuatro tienen que llevar a cabo sus ocupaciones, pero siempre encuentran un rato de holganza para estar juntos. Esa hora cambia cada día y no hay modo de ir a comprobar si es cierta porque el lugar donde concurren no aparece dibujado en ningún atlas".
Laurel y Orégano - Marié Rojas Tamayo
¿Donde termina la realidad y comienza la fantasía? No lo sabemos, para unos no existe la fantasía, para otros están entremezcladas, para otros todo es posible, como son posibles innumerables sucesos en el pueblo de Aquímismo donde se desarrolla esta novela de Marié Rojas Tamayo.
Con realismo mágico o tal vez magia realista, esta novela, con algunos tintes que recuerdan a García Marquez y su Macondo, nos lleva por numerosos relatos, uno cada día, relatados por la Cuentacuentos, habitante de Aquímismo con más de cien años de vida, junto con Dios, la Muerte y el Diablo. Relatos de familia, de sueños, de amores, desamores, alegrías, tristezas y toda esa amalgama de sentires y pasiones que frecuentan al ser humano pero que pocas veces se observan o se describen.
La Cuentacuentos es como un alter ego de la autora, una mujer con el don de narrar historias, de hacer felices a otros con sus palabras, una observadora innata, una conservadora de mitos y tradiciones que contribuye a la existencia misma de su pueblo, pues un pueblo sin historia o sin pasado estaría condenado a no tener futuro.
El lenguaje de esta novela es pausado, sencillo, suave, va llevando al lector como en una barca, navegando por aguas a veces cristalinas, a veces opacas, otras rápidas u otras calmadas, historias entrelazadas, personajes entretejidos en las genealogías de un pueblo en el que cualquiera quisiera vivir, donde lo sencillo y cotidiano deja de serlo, tocado por lo inusual y mágico. Un pueblo donde se ha formado una estirpe cuya magia la heredan solo las mujeres.
En esta novela la autora hace gala de un buen dominio del género fantástico, así como una habilidad para sostener el hilo conductor de una historia que es muchas historias a la vez, cada una de las cuales podría leerse por separado o en diverso orden, pero con una continuidad bien manejada que las mantiene entrelazadas. Estas historias, entre mitos, magia, leyenda, hadas y sirenas, tocan temas como la esclavitud, las migraciones y el mestizaje en América.
La lectura de Laurel y Orégano se torna relajada, alegre, se disfruta sin mucho esfuerzo, sin caer por esto en una ligereza literaria. Se termina uno sintiendo como un partícipe más de esas tertulias en el patio florido y aromático de la Cuentacuentos, tomando café, comiendo pastelillos, intercambiando sonrisas cómplices y aprendiendo que la vida se disfruta en las cosas sencillas.
Cabe resaltar que la novela esta bellamente ilustrada por el pintor Ray Respall Rojas, hijo de la autora.
Laurel y Orégano
Autora: Marié Rojas Tamayo
Editorial: Casa Editora Abril
Formato: Tapa blanda
Páginas: 306
tomada de: http://vozymirada.blogspot.com.co
Marié Rojas Tamayo (La Habama, Cuba, 1963) Escritora cubana, graduada de Economía del comercio exterior en la Universidad de la Habana y de idiomas inglés y francés.
Dirigió las revistas Dos islas, dos mares, Cuba-Mallorca y Una bota de sueños, Mundoculturalhispano, Alicante. Ha sido corresponsal de periódicos y revistas del mundo de habla hispana y asesoró la sección de literatura de la revista Visiones y Conceptos, Universidad de Guerrero, México. Ha dirigido talleres literarios infantiles y juveniles. Sus cuentos y poemas han sido llevados a la televisión, la radio y el teatro en Cuba y el extranjero. Fotógrafa aficionada. Ha participado en varias exposiciones colectivas de arte digital.
Ha obtenido premios como: Mención de Honor Premio Lazarillo de Tormes 2009, Premio Proyecto Expresiones, novela y cuento; Premio Sociedad de Escritores Latinoamericanos, Premio Nicolás Guillén, Premio X Certamen Literario Villa De Ampudia, 2016, entre otros más de cincuenta premios y reconocimientos internacionales.
Entre sus obras se encuentran en el género de novela: Villa Beatriz, Laurel y Orégano, En busca de una historia y Adoptando a Mini; en cuento y relatos: Tonos de verde, Mundo circular, había una vez un circo; El mundo al revés; La casa sin puertas, ecos y sombras que cuentan historias.