Farallones de Cali

Farallones de Cali

lunes, 28 de septiembre de 2015

Lugares: Quito

A unas 15 horas saliendo desde Cali y pasando la frontera, llegamos a la capital de Ecuador: Quito. Una ciudad asentada en medio de montañas y volcanes, a 2.850msnm, con un clima frío pero agradable, hermosa arquitectura colonial, una riqueza en arte religioso muy importante, conocido como el arte quiteño, así como una rica cultura indígena representada en sus artesanías, su gastronomía, costumbres y en los rasgos de gran parte de sus habitantes.

Una ciudad en general tranquila, con cerca de 2millones de habitantes,  fácil de recorrer en transporte público, que además es muy económico, ya sea el trolebús (una especie de tranvía), el metrobús (transporte masivo integrado) o los taxis. También hay un tranvía antigüo para recorrridos turísticos.



Trolebus

estación del metrobus

Tranvía turístico

Existe una muy buena oferta hotelera, nosotros nos hospedamos en un hostal “Yellow House”, ubicado en la Mariscal Foch con Juan León Mera, que nos recomendó un primo que vive en Quito y totalmente recomendable a quien busque un hospedaje cómodo, agradable, familiar, bien ubicado y además económico.


Hostal Yellow House

Entrada del hotel

Interior del hotel

El sector donde nos hospedamos tiene un movimiento comercial continuo y sobre todo bastante movimiento nocturno, restaurantes, bares, discotecas se funden en un ambiente alegre, desparpajado y activo.






A una cuadra del hotel estaba el parque Foch y una cuadra más allá descubrimos una pequeña librería de usados, perteneciente a un inglés que se reúne allí con otros extranjeros como en una pequeña tertulia, rodeados de libros en diferentes idiomas y un ambiente muy agradable.


Parque Foch

Librería inglesa



El sector histórico donde se encuentran numerosas iglesias, parques, sitios hermosos de arquitectura colonial, oferta artesanal y algo de oferta gastronómica, es visitado por personas de muy diversas nacionalidades y sobre todo en Semana Santa, fecha en la que estuvimos allá, es bastante concurrido pues la celebración es muy especial y reconocida como una de las mayores tradiciones religiosas de América.
Me llamó muchísimo la atención la iglesia de la Compañía de Jesús, su decoración detalladamente trabajada, barroca, llamativa.




Esta parte histórica de la ciudad es encantadora, muy similar a la de ciudades colombianas como Popayán, donde se percibe el influjo español en la arquitectura y el marcado espíritu religioso.
Las calles atiborradas de gente, turistas observadores, quiteños en sus oficios religiosos de Semana Santa y vendedores de todo tipo, hacían difícil los desplazamientos o el ingreso a los diferentes sitios, museos, iglesias, atractivos históricos o arquitectónicos.











Hay varios museos, en uno de ellos había una hermosa exposición de arte mexicano:






También se pueden encontrar sitios muy agradables al aire libre donde degustar un chocolate caliente con queso, café, vino o cocteles, pasteles u otras delicias culinarias. Uno de ellos, en la Plaza de San Francisco, colinda con una tienda de artesanías que se extiende por unos túneles subterráneos donde se pueden encontrar todo tipo de objetos de recuerdo o para regalo.


café en la Plaza San Francisco

túneles del almacén de artesanías

un salón de la tienda de artesanías

Otro gran atractivo de la capital ecuatoriana es el parque de la Mitad del Mundo, donde se realizó por primera vez la medición de la línea del Ecuador o Meridiano Cero. Allí se encuentra el monumento a la mitad del mundo, la línea trazada en el piso donde teóricamente puedes colocar un pie en el hemisferio Norte y otro pie en el hemisferio Sur, digo en teoría, porque estudios modernos con tecnología más especializada han dado como resultado que el punto exacto se encuentra a unos metros de distancia de allí. De cualquier forma es muy interesante conocer datos sobre lo que fue la expedición inicial para determinar esta ubicación, así como las curiosidades físicas que se generan a raíz de la ubicación en el centro del mundo, todo esto se puede conocer en unos pequeños museos que se encuentran dentro del parque, donde también se encuentra un museo dedicado a la obra del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín.



Monumento de la mitad del mundo, la línea amarilla separa los dos hemisferios


Vista desde la mitad del mundo


almacenes y restaurantes

almacenes de artesanías

museo dentro del parque de la mitad del mundo




museo en honor al pintor Guayasamín

Obra de Oswaldo Guayasamín



A la salida de la mitad del mundo se encuentra la sede de UNASUR, una moderna construcción:

Visitamos el Museo Arqueológico, ubicado dentro de la ciudad, en una extensa zona verde donde se encuentran hallazgos de culturas precolombinas y donde aún faltan exploraciones por realizar. Allí se puede apreciar cómo eran los asentamientos de los nativos de estas tierras, sus costumbres, su forma de vida. También se recrean los caminos por los que transitaban los indígenas para ir a otros sitios a comercializar sus productos, eran como especie de túneles subterráneos formados a través del bosque y a fuerza de miles de pisadas que iban hundiendo la tierra, formando estos surcos profundos, que los protegían del sol pero que también pudieron convertirse en trampas mortales, pues eran estrechas y los hacían presas fáciles para animales salvajes o inesperados derrumbes. Caminar por este sendero, silenciosamente es como estar en una máquina del tiempo, uno se transporta, se siente en aquellas lejanas épocas en comunicación con esas culturas pasadas y desconocidas.



Recreación de un camino indígena


La ciudad también cuenta con un teleférico que lleva a la cima de la Cruz Loma  a más de 4000msnm, desde donde se puede apreciar una gran vista de la ciudad y de las montañas que la rodean, muchas de ellas volcanes como el Pichincha y el Atacazo, allí también hay un sendero para caminatas ecológicas y muchas personas suben a practicar parapente. El viento frío se cuela en los cuerpos, el aire penetra en los pulmones, muchas personas se sienten un poco ahogadas, pero se detienen, respiran profundo y continúan la marcha, subiendo despacio, buscando llegar lo más alto posible, a ese sitio desde dónde se observa como el horizonte se funde con el cielo.




sendero ecológico








Vendedora en la cima de la montaña

Otras fotografías del centro histórico:



grupo de estudiantes extranjeros