La autora hawaiana logra en
esta novela fundir poesía, amor, dolor y pasión a través de una historia
romántica aunque trágica, enmarcada en hermosos paisajes limpiamente detallados
de una Hawái natural y misteriosa, pero también toca temas dolorosos, imágenes
crueles, tristes, crudas, en ambientes igualmente fuertes, en el marco de la
segunda guerra mundial.
Una historia de amor, no
solo de amor romántico entre una pareja destinada a quererse, sino también una
historia de amor por la música, por el jazz, llegando al éxtasis de encontrar
el don, la esencia de la vida.
Un nativo hawiano encuentra
en el jazz su razón de ser, logra con entrega y pasión, fundirse con su trompeta y lograr una
especie de nirvana musical, pero a la vez encuentra la mujer de su vida, un
amor verdadero, profundo y desesperado, que lo lleva a trasegar el mundo para
encontrar a su amada.
“Al mirar hacia abajo, ve cómo la isla es abrazada
por el mar, cómo cada cosa que hay en ella está marcada por el agua. Se
arrodilla, presiona su rostro contra el suelo y bebe, porque el suelo es el mar
y, solo intermitentemente, la tierra. Algo finaliza, algo nace. Ahora Sin-ja
Uaonoe Sing se disuelve en la bruma que se asiente en las tierras bajas y
desciende hacia las playas. Bruma que enjoya velos verdes de plancton, como
prados marinos en el rostro del mar…”
Es un libro poético,
romántico y triste, que se disfruta de principio a fin.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario