COREA
LA VEGETARIANA -
HANG KANG
«Fijó la videocámara en el trípode y acomodó la altura de las patas. Después de ajustar la posición para poder captarla en un solo cuadro, tomó la paleta y el pincel. Quería grabar el proceso de pintarle el cuerpo.
Primero echó a un lado sus cabellos, que le caían hasta los hombros y comenzó a pintarle flores desde la nuca. Pimpollos semiabiertos de color vino y rojo se derramaron espléndidamente sobre sus hombros y espalda, y delgados tallos descendieron por sus costados. Al llegar a la colina de la nalga derecha, la
flor de color vino se abrió magnífica y dejó ver unos gruesos pistilos amarillos. En la nalga izquierda donde tenía la mancha, no dibujó flores sino que tomó un pincel grueso y pintó los alrededores de la mancha con un verde claro pálido, de modo que la marca, que parecía la tenue sombra de un pétalo, destacara aún más.
Sintió escalofríos al percibir los ligeros estremecimientos de su cuerpo, como si las pinceladas le provocaran cosquillas. Mucho más que simple excitación, sintió conmoción, como si estuviera tocando algo prístino y primigenio, como si se estuviera electrocutando continuamente con cientos de miles de vatios de electricidad.
Estaba empapado de sudor cuando finalmente terminó de pintar el largo tallo y las hojas, que extendió a lo largo de su muslo derecho hasta llegar a sus finos tobillos.».
La Vegetariana - Hang Kang
Cuando leí la vegetariana, una vez conocido el Premio nobel de literatura para Han Kang en 2024, me pareció que ya había leído esta historia. Rememorando encontré que lo que había leído, hacía unos años, era el cuento Los frutos de mi mujer, publicado en un librito de la colección Libro al viento, programa de promoción de lectura gratuita en Bogotá. El cuento tal vez derivó luego en la novela, en ambos Hang Kang logra hábilmente llevar al lector a un estado entre un golpe de realidad humana, un corte de fantasía y hasta el estupor. En el cuento lo logra de manera directa, corta, pero no menos profunda. En la novela da paso a la extensión de la prosa, al desarrollo de la narración, pero no por eso un lenguaje menos trabajado y cuidado.
La vegetariana no trata de una mujer que decidió por moda, o por una convicción animalista o por salud dejar de consumir carne de animales, es lo que muchos lectores han pensado antes de iniciar con el libro, incluyéndome. La vegetariana narra un proceso más complejo en la psiquis de una mujer, una decisión que se basa realmente en una necesidad profunda, en un sentimiento que emerge del ser de la protagonista, algo que la va transformando sin remedio, sin opción de volver atrás, algo que la conecta en comunión con los árboles, la une con la vida vegetal del planeta.
Esta historia que puede tener una lectura fantástica o inverosímil para algunos, también puede leerse como algo más tangible y real, el respeto por las decisiones de los individuos, el respeto específicamente por las decisiones de las mujeres en medio de entornos familiares y sociales que les dicen cómo pensar, actuar y hablar, so pena de ser tachadas de raras, alienadas o enfermas mentales.
El libro está divido en tres grandes partes, en la primera escuchamos la historia de Yeong-hye, el personaje central de esta novela, contada desde el punto de vista de su esposo, un hombre calculador, tradicionalista y frío que no ama a su mujer. Es en mi concepto el capítulo menos atrapante, la voz del esposo es monótona, lenta y decididamente molesta.
En la segunda parte conocemos la historia desde el cuñado de Yeong-hye, el esposo de su hermana. Un personaje pusilánime, mal padre y mal esposo, pero en este capítulo se encuentran escenas muy bellas, momentos de profundas sensaciones, deseo, obsesión, que van atrapando al lector.
La última parte es la más emocional, la más bella de la historia, contada desde la perspectiva de la hermana de Yeong-hye, donde el deber familiar, los resentimientos se contrastan con la preocupación, el amor y finalmente el respeto por las decisiones del otro.
La vegetariana
Autora: Hang Kang
Editorial: Penguin Random House
Formato: Tapa blanda
Páginas: 167
Editorial: Penguin Random House
Formato: Tapa blanda
Páginas: 167
Se desempeñó como periodista para varias revistas y fue profesora de creación literaria en el Instituto de las artes de Seúl.
Ha obtenido diversos galardondes como el Premio Nobel de literatura, así como el Man booker international, el Premio coreano de novela, el Premio artista joven entre otros.
Entres sus obras se encuentran: El amor en Yeosu, Los frutos de mi mujer y La eternidad de los patrones amarillos en cuento; La clase de griego, Actos humanos e Imposible decir adiós en novela; El amor y las cosas que rodean el amor, y Una canción cantada en voz baja, en ensayo.
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